Antes de adentrarnos un poco más en los tipos de reactivos, quisiéramos definir el proceso de flotación. La flotación es un proceso físico-químico planteado en 1906, el cual separa los minerales sulfurados de otros minerales que componen la roca original. Durante este proceso, el mineral deseado se adhiere superficialmente a burbujas de aire, lo que determina la separación del mineral de interés. Debemos tener en cuenta que sin reactivos no habría flotación, y sin flotación la industria minera, tal como la conocemos hoy, no existiría. Dicho esto, los reactivos son una parte inseparable del proceso de flotación.
A diferencia del cianuro, que es usado en un proceso de lixiviación que despedaza el material. Estos reactivos hacen flotar los minerales que uno desea extraer y deprimen los que no se desean. Al contrario que el cianuro de sodio, los reactivos de flotación no requieren permisos especiales para su compra y uso, sin embargo el uso de estos productos necesitan la intervención de un técnico especializado en reactivos de flotación. Esta persona se encargará de diseñar la composición de los reactivos dependiendo del material que se quiera extraer. Es importante que sepas que para un proceso de flotación se requieren entre 10 y 20 productos diferentes, ya entenderás el porqué es conveniente la asesoría de un especialista.